Cuando estudiaba Bellas Artes con José Luis Munuera en Granada, nadie tenía ni puñetera idea de qué iba a hacer cuando terminara la carrera, pero él siempre lo tuvo muy claro, me recordaba a Pablito, ese niño dibujante, alter ego de Carlos Giménez, en “Paracuellos” que repetía como un mantra: “yo de mayor seré dibujante de tebeos”.
Y claro, al final a fuerza de perseverancia (eufemismo amable para definir la cabezonería), mucho talento, una tremenda capacidad de adaptación al medio, un gran desparpajo, una pasión, amor y devoción sin límites a este medio de expresión y sobre todo una inmensa capacidad de trabajo lo consiguió…el resto ya es de sobra conocido por los aficionados al 9ºarte.
De entre todas las obras que ha publicado hay una que siempre me ha gustado especialmente y es la que creo que terminó de definir su estilo tan personal y perfectamente reconocible (una peculiar mezcla entre la BD francobelga y los cartoon de la Warner). Esta obra titulada “Nävis” es la precuela de “Estela”, está guionizada por Jean David Morvan y lo tiene todo para ser una de mis favoritas de su extensa producción como dibujante, a saber: La protagonista, Nävis, es una niña valiente y bastante asilvestrada cuyo mejor amigo es un simpático cachorro felino llamado Houyo. Ambos viven en una nave estrellada en un remoto planeta y los tutela un moralista robot llamado Nsob que ejerce de canguro/niñera, hay amenazantes seres prehistóricos y monstruos varios que no les dan tregua nunca, la acción se ambienta en un futuro muy lejano de paisajes “tarzaniles”, las historias tienen persecuciones y acción a tutiplén y sobre todo humor, mucho humor. Si a todo esto le añades el endiablado ritmo narrativo y el vigoroso trazo que le imprime a la historia este gran dibujante “Lorquino-Granaino” solo podía salir una obra redonda.
Pues bien, esta es mi visión y pequeño homenaje a Navis, Houyo y al amigo José Luis.
Alejandro Ortega 