Vickie el vikingo

19Vickie el vikingo es una de las series de dibujos animados favoritas de mi niñez. En ella se contaba la historia de los habitantes de una pequeña aldea vikinga llamada Flake en tono de comedia desenfadada de aventuras, acompañada de una maravillosa e inolvidable banda sonora.
Siempre me llamó la atención desde niño lo brutos, pendencieros y cabezones que eran todos los personajes de esta serie, exactamente como el público infantil al que iba dirigida… de ahí su enorme éxito entre la chavalería de la época.
Entre el extenso plantel de personajes de la serie destacaban Ylva, la madre de Vickie y la única con algo de sensatez entre todos los adultos de Flake, Ylvie la adorable y encantadora amiguita del protagonista que bebe los vientos por él y Gilby otro chaval bruto y valiente que era el gran rival aunque en el fondo gran amigo de Vickie. La tripulación de la aldea estaba formada por los peleones y faltos de luces Tjure y Snorre, el grandullón, noble y glotón Faxe, el optimista y saltarín marinero “entusiasma-do» Gorm, El poeta cantante de la lira Ulme y el anciano más reflexivo que sus compañeros Urobe. Frente a ellos estaba siempre omnipresente el archienemigo de la aldea conocido como “el terrible Sven”.
Pero los dos protagonistas absolutos de la serie eran Halvar, el corpulento y valiente jefe del poblado, una fuerza de la naturaleza más bruto que un arado que lucía un parche negro en un ojo desde vaya usted a saber que correría infantil y su hijo Vickie, el bajito, enclenque y temeroso chico pelirrojo protagonista de la historia. Vickie suplía su falta de fuerza y valor con una gran inteligencia e imaginación lo que le diferenciaba del resto de vikingos que le rodeaban que preferían siempre la fuerza bruta para resolver sus problemas.
Así todas las historias giraban en torno a esta relación paterno-filial en la que Vickie buscaba la aprobación de su padre para convertirse en un verdadero vikingo y Halvar, cabezón redomado que se sentía orgulloso de la inteligencia de su hijo y su coraje salvándolo de difíciles situaciones, aunque no siempre se lo reconociera. Era una relación entre padre e hijo llena de silencios pero de un amor y admiración mutuos inquebrantable, como cualquier relación entre padre e hijo.
En este dibujo he querido mostrar el espíritu de esa serie, donde Halvar es la fuerza que mueve la embarcación y Vickie la inteligencia que la guía y lleva a buen puerto.

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