“Liberty Meadows”, la genial tira cómica creada por Frank Cho, surgió como un remake de su anterior obra, la también descacharrante “University 2” realizada en sus años estudiantiles. Cho retomó de ésta el hilo principal de la historia, la mayoría de los personajes principales y bastantes gags, pero suavizó su humor bestia inicial, para que fuera aceptada por los Syndicates que distribuyen las tiras en prensa y poder publicarla de manera profesional.
Ambas obras son el resultado de la explosiva e improbable unión de una clásica comedia romántica de amor no resuelto cargada de humor blanco mezclada con otra protagonizada por animales “cartoon” y dominada por el humor gamberro, alcohólico y salido más propio de las alocadas e irreverentes comedias universitarias que triunfaban a finales de los “70” y principios de los “80” como “Porkys” o “Desmadre a la americana”.
Frank Cho, su dibujante y guionista, es un verdadero superdotado para el dibujo y el humor gráfico y domina como nadie el “tempo” del gag, el uso de los silencios y la expresividad de los personajes. Pero además es capaz de exprimir al máximo las posibilidades de la estructura de la tira cómica y la dominical. Así a veces los chistes duran una única tira, a veces se alargan durante 5 o 6 y en ocasiones crea verdaderas mini sagas formadas por varias decenas de éstas a cual más genial y surrealista, pero sin abandonar nunca la historia principal.
El autor reune en este trabajo un peculiar casting de personajes que mezcla con total desparpajo el estilo más realista de los personajes humanos frente a un estilo totalmente “cartoon” de los “funny animals” que les acompañan y roban protagonismo cada vez que aparecen en escena.
La historia de “Liberty Meadows” es la de un centro de reposo para animales en plena naturaleza donde estos se rehabilitan de sus adicciones y problemas psicológicos atendidos por un par de especialistas humanos, Frank, un veterinario tímido, inseguro y acomplejado por su baja estatura que está perdidamente enamorado de la despampanante y explosiva Brandy, la psicóloga del parque.
Los animales que completan el peculiar reparto son Ralph, un oso enano descarado y de eterno ceño fruncido, compañero de juergas y bromas pesadas de Leslie, una rana hipocondríaca que fuma puros y viste sombrero de paja. Dean, un cerdo procaz, salido y adicto al tabaco, ataviado con gafas de sol y una gorra del revés que habría encarnado a la perfección el gran Jack Nicholson. Y completan este variopinto reparto animal, el pato Truman y el perro salchicha Oscar, los personajes más inocentes y entrañables, contrapunto de humor blanco en las tiras en las que aparecen…y no nos olvidemos tampoco de la psicópata y vengativa vaca loca, de Khan el enorme e incapturable pez gigante o incluso del propio Frank Cho, que se dibuja, mofándose de sí mismo, como un mono dibujante frente a su mesa de trabajo.
Toda la serie está trufada de humor referencial a toda la cultura pop, el cine, la literatura o el arte en general. Además de homenajear y parodiar otras tiras de prensa clásica lo que consigue finalmente no dejar títere con cabeza y que caigas rendido ante tal aluvión de de gags y momentos inolvidables.
Me declaro un enamorado de las tiras cómicas que constituyen un género en sí mismo dentro del mundo de la historieta, y tengo y he leído muchas y muy buenas, pero no hay ninguna que me divierta tanto cada vez que vuelvo a ella como “Liberty Meadows”