Laurie Strode y Michael Myers / Halloween

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Corría el año 1978 cuando John Carpenter y Debra Hill crearon una película que marcó un antes y un después en el universo del cine de terror. “Halloween” fijó las directrices del cine “slasher” desde su estreno e instauró una novedosa imagen del asesino que siembra el pánico y la muerte a su alrededor ubicándolo en un entorno actual y cotidiano alejado de castillos góticos y ambientes victorianos, lo que resultaba aún mucho más aterrador para el público al resultarle tan cercano.

Esta película podría constituir el paradigma de la expresión “menos es más”. Con un presupuesto ínfimo y un reparto prácticamente desconocido pero cargado de ilusión se levantó esta producción independiente con más ingenio, talento y ganas que medios reales. Rodada en apenas 20 días en el sur de Pasadena (California), que simulaba ser la desde entonces emblemática localidad de Haddonfield (Illinois). La cinta se comenzó a filmar en primavera aunque la acción de la misma transcurría en otoño, eventualidad que resolvió el equipo repartiendo cientos de hojas de árboles pintadas de color ocre por el set de rodaje que una vez terminada cada toma recogían los mismos actores para reutilizarlas en la siguiente, todo ello dentro del ambiente festivo que se formó durante la filmación de la película por el joven reparto de la misma.

Carpenter y Hill decidieron destinar el grueso del presupuesto de la cinta a dos cuestiones que estimaron totalmente necesarias para llevar la historia a buen puerto y convertirla en un exito: la primera fue la adquisición de varias cámaras Panavisión que otorgarían a la postre el excelente acabado formal a la cinta y la segunda fue la contratación de un actor de renombre que le diera empaque a la producción. Esta labor recayó finalmente tras ser rechazada por Christopher Lee y Peter Cushing en el veterano y gran actor Donald Pleasance que interpretó de manera impecable el rol del doctor Samuel Loomis, psiquiatra obsesionado con el asesino de la película, el terrorífico Michael Myers.

Carpenter quería en “Halloween” para el papel principal de la niñera Laurie Strode a la joven intérprete debutante en el cine Jamie Lee Curtis, hija de los afamados actores Tony Curtis y Janet Leigh. Y la quería principalmente porque Janet Leigh, la madre de Jamie, había participado en la legendaria película de Alfred Hichtcock “Psicosis”, precursora del cine de terror moderno, en el papel de Marion Crane, la joven ladrona que moría asesinada en la mítica escena de la ducha. De este modo el director quería emparentar ambas películas.

Jamie, insegura en su primer papel ante las cámaras temía no hacer bien su trabajo y tras la primera jornada de rodaje recibió en su casa una llamada de Carpenter. La actriz se temía lo peor pensando que la iba a despedir por su mala actuación, pero el director con gran amabilidad y dulzura se deshizo en halagos con la actriz lo que reforzó la confianza de ésta que al final nos acabó regalando en su primera película una actuación absolutamente memorable que aunaba toda la inocencia, fragilidad y determinación que requerían el personaje.

Para el aspecto del asesino, que en las primeras versiones del guión simplemente se denominaba “La forma”, se decidió crear un personaje de apariencia simple, neutra, monolítica e imponente para lo que lo vistieron con un sobrio mono de mecánico de color azul y una máscara del capitán Kirk de la serie Star Trek que modificaron blanqueándola, añadiéndole pelo y agrandándole los huecos de los ojos hasta darle ese aspecto inexpresivo y terrorífico que cautivó al público.

Otro aspecto que convirtió a Michael Myers en un ser escalofriante fue su forma de caminar y de moverse ideada por Nick Castle, amigo personal de Carpenter y el hombre tras la máscara y el disfraz del asesino. Castle encarnando a Myers caminaba de forma lenta pero firme y arrolladora como una apisonadora que arrasa cuanto encuentra a su paso y a la que nada ni nadie puede detener y de la que no puedes escapar, lo que producía un efecto absolutamente aterrador.

La música fue otro gran acierto de la cinta también fruto de la falta de presupuesto. Al no disponer de dinero suficiente para contratar a un músico profesional que elaborara la banda sonora de la película, el propio Carpenter decidió encargarse de la misma partiendo de un ritmo de percusión muy básico que le había enseñando su padre siendo niño. A partir de este y únicamente usando sintetizadores desarrollo un sencillo leitmotiv recurrente que supuso la espina dorsal de una de las bandas sonoras más reconocibles, efectivas y recordadas de la historia del cine de terror.

La película ha contado con numerosas secuelas y algún remake o reboot que bajo mi punto de vista nunca han conseguido superar a la cinta original. De todas ellas yo rescataría únicamente las historias en las que aparece Jamie Lee Curtis encarnando a la sufrida Laurie Strode, porque siempre he considerado que ella es la auténtica protagonista de “Halloween” y su evolución enfrentándose al mal absoluto representado por Michael Myers constituye el verdadero meollo de esta mítica historia de terror.

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